La repentina pérdida de dos bebés no vacunados por tos ferina en Kentucky ha subrayado de manera conmovedora la importancia crítica de las vacunaciones. Doloroso para las familias y comunidades, estas muertes son un recordatorio contundente de los riesgos asociados con enfermedades prevenibles.

Reconociendo el Peligro

Según el Departamento de Salud Pública de Kentucky, estas son las primeras muertes relacionadas con la tos ferina en el estado desde 2018. La enfermedad, conocida por sus explosivas crisis de tos, puede ser increíblemente peligrosa, especialmente para los bebés. Hablando sobre esto, el Dr. Steven Stack, comisionado del Departamento de Salud Pública, enfatizó la importancia de vacunar a las mujeres embarazadas para protegerse a sí mismas y a sus recién nacidos.

Los Síntomas Alarmantes

La tos ferina comienza con síntomas que se asemejan a un resfriado común, como secreción nasal y tos leve. Sin embargo, en pocas semanas, la tos puede intensificarse en ataques severos que podrían dar lugar a silbidos agudos e incluso vómitos. Preocupantemente, los bebés pueden no mostrar síntomas clásicos y podrían tener dificultades para respirar o dejar de hacerlo por completo durante estos ataques.

Vacunación: Una Necesidad Inmediata

Con 247 casos reportados en Kentucky ya en 2025, existe un llamado urgente a la acción. Los funcionarios de salud abogan por mantenerse al día con las vacunaciones contra la tos ferina, particularmente a medida que las tendencias históricas sugieren posibles aumentos en los casos durante los meses de verano y otoño. La vacuna, a menudo combinada con tétanos y difteria (DTaP y Tdap), es obligatoria para los niños en edad escolar en Kentucky.

Reduciendo los Riesgos

Aunque se informa que el 86% de los niños de jardín de infantes y el 85% de los estudiantes de séptimo grado en Kentucky están al día con sus vacunas, los funcionarios insisten en que esta tasa no es suficiente. La propagación de la tos ferina ocurre principalmente a través de contactos en el hogar, a menudo hermanos mayores o cuidadores que, sin saberlo, exhiben síntomas leves e inadvertidos.

El Frente Unido

Asegurar la inmunización a tiempo es crucial, y los funcionarios alientan las vacunaciones en varias etapas: bebés de 2, 4, 6 y 12-15 meses, niños antes del jardín de infantes y adolescentes a los 11-12 años. Los adultos también deben recibir dosis cada 10 años o antes si es necesario. Las mujeres embarazadas, en particular, necesitan vacunarse en cada embarazo para proteger a sus recién nacidos de esta pesadilla prevenible.

Como se indica en The Lexington Times, un esfuerzo comunitario es esencial para frenar esta tragedia prevenible, forjando un futuro donde la tos ferina ya no pueda reclamar la vida de los vulnerables.