Revisitando las Lecciones de la Revolución Industrial

En un mundo fascinado por los avances de la inteligencia artificial y la biotecnología, es natural albergar temores sobre el futuro. Sin embargo, el reciente Premio Nobel de Economía nos recuerda las lecciones monumentales de la Revolución Industrial, una era que en su tiempo también desató temores similares.

La Revolución Industrial de la década de 1750 despertó miedos tan profundos como los que acompañan a las conmociones tecnológicas actuales. La gente temía perder sus trabajos, culturas y moralidad. Las innovaciones de aquella época sentaron las bases para una explosión exponencial del crecimiento económico. Los ganadores del Premio Nobel de este año han dedicado sus carreras a entender cómo podemos aprovechar tales innovaciones para una mejora duradera.

Los Campeones de la Innovación: Mokyr, Aghion y Howitt

Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt han profundizado en las complejidades del crecimiento económico impulsado por la innovación. Mokyr enfatiza el valor del conocimiento como un bien público, uno que no se agota con el uso, sino que enriquece a la sociedad. Su trabajo, junto con la exploración de Aghion y Howitt de la “destrucción creativa”, destaca cómo la innovación permite el progreso, incluso a costa de hacer obsoletas las tecnologías antiguas.

Fomentando una Cultura de Crecimiento y Adaptación

Para que la innovación prospere, debemos cultivar entornos donde las ideas trasciendan las fronteras de los laboratorios y aulas, alcanzando a aquellos en el mundo real que pueden implementarlas. Mokyr describe esto como una “cultura de crecimiento”. Desde agricultores instruidos hasta emprendedores apasionados, cerrar la brecha entre el descubrimiento y la aplicación es fundamental.

Históricamente, Europa desarrolló ecosistemas propicios para la innovación durante la Revolución Industrial. Las universidades concesionarias de tierras de Estados Unidos, conceptualizadas en tiempos de conflicto como la Guerra Civil, ejemplifican cómo invertir en educación puede crear terrenos fértiles para nuevas tecnologías que beneficien a la sociedad.

El Equilibrio de la Destrucción Creativa

Según Deseret News, la noción de destrucción creativa revela que si bien la innovación es disruptiva, también despeja caminos para un nuevo crecimiento. Los cambios económicos pueden desestabilizar a los trabajadores y tentarnos a romantizar un pasado ‘más simple’ a través del populismo. Sin embargo, esta nostalgia corre el riesgo de detener el progreso.

Como señaló el presidente del comité del Premio Nobel, el crecimiento sostenible no ocurre por defecto. Los mecanismos de destrucción creativa no deben ser sofocados, sino más bien abrazados para el bien colectivo.

Un Futuro Aún No Escrito

En medio del amanecer de la inteligencia artificial, la computación cuántica y otras tecnologías de vanguardia, abrazar una mentalidad de progreso y posibilidad asegura que la humanidad ilumine el camino hacia adelante. El optimismo de los laureados del Nobel de este año nos asegura que cada revolución económica requiere coraje, curiosidad y compromiso para construir un futuro mejor.

Sin esquivar los desafíos venideros, canalicemos la innovación para asegurar la prosperidad de las generaciones venideras.