Un Fragmento de Historia Encuentra un Nuevo Hogar

En un paso hacia la preservación de la historia canadiense, la familia Weston, a través de Wittington Investments Ltd., ha anunciado su intención de comprar la carta real de Hudson’s Bay de 355 años por $12.5 millones. Este documento histórico, firmado por el Rey Carlos II en 1670, está destinado a convertirse en una pieza central en el Museo de Historia de Canadá. La carta representa una era crucial en la que Hudson’s Bay obtuvo amplios derechos sobre tierras canadienses e influencias significativas en el comercio y los asuntos indígenas.

Una Donación con Propósito

Galen Weston enfatizó la importancia de esta adquisición, no solo como un relicario histórico sino como un símbolo de unidad nacional y educación. “El estatuto real es un artefacto importante dentro de la compleja historia de Canadá. Nuestro objetivo es asegurar que se preserve con cuidado, se comparta con integridad y sea accesible para todos los canadienses, especialmente aquellos cuyas historias están profundamente entrelazadas con su legado”, afirmó.

Apoyando las Perspectivas Indígenas

Reforzando la importancia de la donación, se encuentra un paquete de $1 millón destinado a involucrar a las comunidades indígenas en la interpretación y contextualización de la carta. Este movimiento destaca un enfoque colaborativo para compartir la compleja historia de Canadá, asegurando el respeto y reconocimiento de las perspectivas indígenas, como señaló Caroline Dromaguet, presidenta y CEO del museo.

Evitando Preocupaciones de Privatización

Esta posible adquisición se produce después de que la compañía de Hudson’s Bay enfrentara críticas por considerar subastar la carta entre miles de otros artefactos. Las preocupaciones de las instituciones de archivo y los grupos indígenas sobre la privatización han cambiado el enfoque hacia la accesibilidad pública y el respeto cultural.

Desvelando la Joya de la Corona de Canadá

Historiadores, incluyendo a Cody Groat, consideran la carta como una “joya de la corona” en la colección histórica de Canadá debido a su profundo significado. La adquisición de la familia Weston y su donación prevista salvan la carta de la amenaza de privatización, alineándose con esfuerzos más amplios para mantener la transparencia y el acceso público a los tesoros históricos de Canadá.

Manteniendo los Legados Históricos

Adam Zalev de Reflect Advisors notó que la oferta de $12.5 millones excede significativamente la tasación del seguro de 2022 de la carta, subrayando su valor percibido más allá de las estimaciones monetarias. Al eliminar la carta de una posible venta privada, esta iniciativa salvaguarda una pieza histórica clave para las generaciones venideras. Según Squamish Chief, el movimiento sienta un precedente para futuros esfuerzos de preservación, reforzando la importancia de una administración colaborativa del patrimonio nacional.

En resumen, la dedicación de los Weston a la historia local no es solo una transacción, sino un tributo al pasado, fomentando una conexión más profunda entre los canadienses y su tierra llena de historias.