La violencia y las amenazas a menudo dejan marcas que son más profundas que las heridas visibles. Como comparte la Dra. Ramneek Dosanjh, la historia de su matrimonio juvenil, manchado por el control y la violencia, revela una sombría realidad que muchas mujeres enfrentan. “Simplemente no sabes si puedes seguir viviendo de esa manera”, dice Dosanjh, reflexionando sobre su experiencia y las consecuentes luchas de salud que soportó, incluidas pruebas cardíacas anormales.

Un Descubrimiento Sorprendente

La Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard publicó recientemente un estudio que ha arrojado luz sobre esta amenaza oculta para la salud. Liderado por la Dra. Karestan Koenen, el estudio analizó meticulosamente datos de salud de más de 66,000 enfermeras estadounidenses de entre 36 y 56 años durante dos décadas. Los hallazgos son tan impactantes como alarmantes: las mujeres que experimentaron acoso y aquellas con órdenes de restricción enfrentan riesgos significativamente aumentados de enfermedad cardiovascular.

Números Duros, Realidad Dura

Según la investigación, que incluyó a 66,270 enfermeras estadounidenses, el 11.7% había sido acosado, mientras que el 5.6% había obtenido órdenes de restricción. Las estadísticas hablan por sí solas: un 41% más de riesgo de enfermedad del corazón para quienes enfrentaron acoso y un asombroso 70% para aquellas con órdenes de restricción. “Encontramos que es realmente el acoso lo que aumenta el riesgo”, enfatiza Koenen, subrayando la gravedad de estas experiencias.

No solo Estadísticas

Mientras los números cuantifican la amenaza, las historias individuales le dan vida. Una mujer cuya identidad permanece protegida relata sus batallas con trombosis venosa profunda desencadenada por el abuso familiar. Su historia, lamentablemente resonante con muchas otras, resalta el impacto generalizado de la violencia en la salud de las mujeres, una realidad largamente eclipsada por el silencio y el estigma.

Un Llamado al Cambio

Este estudio impulsa un llamado al cambio. Investigadores y profesionales de la salud sugieren integrar preguntas sobre acoso y órdenes de restricción en los exámenes de salud cardíaca. Como sugiere Koenen, “El objetivo final es mejorar la salud de las mujeres”. Reconocer estas experiencias como factores de riesgo podría transformar cómo se evalúan y gestionan los riesgos, avanzando hacia un futuro donde ningún grito de ayuda de una mujer quede sin respuesta.

A la luz de este descubrimiento, se vuelve imperativo brindar apoyo. Para quienes lo necesiten, hay ayuda confidencial disponible a través de la Línea Directa Nacional de Violencia Doméstica al 1-800-799-7233 o al 1-800-787-3224. Enviar un mensaje de texto con START al 88788 o chatear en TheHotline.org asegura anonimato y apoyo. Un paso adelante en la concienciación es un salto hacia la prevención.