En un mundo donde las elecciones conscientes sobre el clima se están volviendo más cruciales, un estudio reciente revela un descubrimiento impactante: tener un perro puede tener un impacto ambiental más significativo de lo que podrías pensar. Mientras que los estadounidenses a menudo se esfuerzan por reducir su huella de carbono, este estudio arroja luz sobre por qué nuestras percepciones podrían estar llevándonos por el camino equivocado.

Malentendidos en Acción

El estudio realizado por la Academia Nacional de Ciencias reveló los malentendidos comunes de los estadounidenses sobre las acciones que afectan el cambio climático. Los participantes no lograron evaluar con precisión el impacto de acciones como volar o tener un perro, mientras sobrestimaban los efectos de acciones más visibles como el reciclaje.

“Las personas asignan demasiado impacto a acciones con bajas huellas de carbono y subestiman aquellas mucho más intensivas, como volar o comer carne,” señala Madalina Vlasceanu, coautora y profesora en la Universidad de Stanford.

Por qué los Perros nos Sorprenden

Al considerar el impacto climático, pocos señalarían a sus compañeros peludos. Los perros, al ser carnívoros, requieren carne, un contribuyente considerable a las emisiones de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, las emisiones de carbono asociadas con alimentar a las mascotas no son despreciables. El estudio destaca cómo estas emisiones a menudo son pasadas por alto por los dueños de mascotas.

Cuestión de Visibilidad

Jiaying Zhao, profesora de psicología en la Universidad de Columbia Británica, explica, “Puedes ver el reciclaje; es tangible. Sin embargo, las emisiones de carbono permanecen invisibles, lo que dificulta asociarlas con hábitos diarios como volar.”

Este problema de visibilidad se extiende a las necesidades dietéticas de nuestras mascotas. Se insta a los dueños a reconsiderar los hábitos alimenticios, optando por proteínas menos intensivas en carbono como el marisco o el pavo en lugar de la carne de res.

Redefiniendo Acciones Clave

Mientras que acciones como cambiar a energía renovable tienen un impacto considerable, acciones menos visibles, como volar menos, podrían igualar o incluso superar los beneficios de dejar de comer carne. Las Naciones Unidas equiparan omitir un solo vuelo de ida y vuelta a no comer carne en todo un año o dejar de usar el coche.

Aprendiendo a Actuar

Con este conocimiento, las personas pueden replantearse la importancia de acciones como el reciclaje. La información, enfatiza Zhao, es clave, ya que ya estamos más informados sobre decisiones de alto impacto, una tendencia respaldada por el proceso de retroalimentación del estudio.

Madalina Vlasceanu concluye, “El aumento de la concienciación conduce a un compromiso con decisiones más positivas para el clima.”

Como se menciona en Pique Newsmagazine, el camino hacia un estilo de vida más sostenible comienza con entender y reevaluar decisiones cotidianas, incluso aquellas tan inesperadamente impactantes como tener un perro.